Adicciones que matan... más allá de los daños personales
Adicciones que matan… más allá de los daños personales. Este fue el título de la tercera conferencia del ciclo sobre "El principio, el final y los entresijos de la vida" para el que contamos en el Centro Suárez con Manuel Mingorance Carmona, sacerdote de la Archidiócesis de Granada, médico y director desde hace 15 años de Proyecto Hombre.
Inició su comunicación refiriéndose al título de esta. En primer lugar, señaló el acierto de referirse al tema en términos de adicciones más que de drogodependencia pues muchas de las adicciones no tienen relación con el consumo sustancias, por ejemplo, la pornografía, las compras compulsivas, el juego, etc. En segundo lugar, a la cruda verdad de que las adicciones matan… de manera directa (por sobredosis y, en no pocas ocasiones, por la deriva al suicidio) e indirecta a través de enfermedades asociadas como el VIH o la hepatitis. En tercer lugar, la referencia al más allá de los daños personales pone en evidencia el impacto que tienen en la familia y en el entorno social.
Al traer a la memoria la alarma social que las adicciones generaron en otro tiempo, por ejemplo, con el boom de la heroína, lamentó que hoy no se genera esa alarma porque el fenómeno está "normalizado" o "encubierto".
Tres palabras que definen el proceso de creación de la dependencia tanto a nivel físico como psicológico: uso – abuso – dependencia. Con una advertencia, los límites entre una palabra y otra son muy sutiles.
Tres tipos de droga: depresoras (alcohol), estimulantes (cocaína) y perturbadoras (cannabis, porro, etc.). La mayoría de estas sustancias afectan el sistema nervioso central, distorsionan la realidad y pueden suscitar cuadros anti-motivacionales e incluso sicóticos.
¿Por qué consumen? Indicó dos causas principales: 1. La búsqueda de experiencias… probar, aceptar una invitación, presión social, etc. y 2. Los desajustes con el entorno: carencias afectivas, vacío existencial y ausencia de herramientas para gestionar estas situaciones. Ante estas dos causas se recurre a la droga como una anestesia de la realidad.
No obstante, este panorama complejo, hay esperanza… las personas que quieren dejar o cortar la dependencia lo pueden hacer con un buen acompañamiento y una correcta asesoría profesional, decía "el que ha caído y se ha levantado es más fuerte que el que nunca se ha caído".
Esta esperanza se concreta en instituciones que como Proyecto Hombre acompañan con tesón, responsabilidad, amor y un hondo sentido de humanidad a los miembros de la comunidad que por su dependencia están más frágiles y necesitados de crecer en autoconocimiento, autoestima y libertad.
Tenéis a vuestra disponibilidad el vídeo (contiene sólo la exposición del conferenciante) y el audio completo de la conferencia.