Ciclo de Adviento II: Conversión al Diálogo
Margarita Saldaña Mostajo, laica consagrada perteneciente a la familia espiritual de Carlos de Foucauld y colaboradora del Grupo de Comunicación Loyola, fue la invitada para el Ciclo de Adviento que, como todos los años, organiza el Centro Suárez para ayudar a disponer el corazón, la mente y los ánimos para la celebración de este tiempo de gracia que antecede a la celebración de la Navidad.
Su segunda comunicación la dedicó a la conversión al diálogo siguiendo las pistas de Carlos de Foucauld.
Convertirse al diálogo con Carlos de Foucauld
Antes de ofrecer unas sugerentes pistas para convertirnos al diálogo señaló algunos aspectos de san Carlos de Foucauld que son fuente de inspiración:
- La santidad como camino… vamos avanzando hacia ella sabiendo que no llegaremos nunca, sino que ella va "tirando" de nosotros.
- La vida de Foucauld aviva la capacidad y el deseo de diálogo con nosotros, los otros y el Otro.
- La diversidad, de la cual el santo francés es maestro, nos invita a dialogar con los diferentes aspectos de nuestra biografía y detectar la huella que nos ha dejado.
- El sentirse hijo, hermano y amigo capacita para el diálogo.
Algunas pistas:
EL DIÁLOGO CONSIGO MISMO
Con la realidad: su infancia feliz y su difícil adolescencia.
Con los deseos auténticos: "Presento mi dimisión: detesto la vida del cuartel; esta profesión me parece tediosa en tiempos de paz, que son los más habituales. De todas maneras, hace mucho tiempo que estaba dispuesto a dejar la carrera militar un día u otro. En esta situación, he preferido marcharme de inmediato: para qué seguir arrastrando unos años más una vida en la que no encuentro ningún interés. Prefiero aprovechar mi juventud viajando; así, al menos, me instruiré y no perderé el tiempo." (LGT, Mascara, 18/02/1882).
Con los propios proyectos: "Cuando salimos diciendo que vamos a hacer algo, no hay que volver sin haberlo hecho. Ten este pensamiento ante los ojos, igual que yo lo tengo presente en mi espíritu." (LMF, Mogador 30/01/1884)
EL DIÁLOGO CON LOS OTROS Y CON EL OTRO
Interlocutores clave: Jesús y los pobres
Un diálogo que se hace ministerio – servicio: Este divino banquete del que me convertía en ministro, tenía que llevarlo, no a los hermanos, a los parientes, a los vecinos ricos, sino a los más cojos, los más ciegos, los más pobres, las almas más abandonadas y con menos sacerdotes.
Un diálogo que busca el contacto: "Mis ermitas se multiplican. Este año he tenido que agrandar la de Tamanrasset y construir una nueva en el Asekrem, en plena montaña; ésta última era indispensable para entrar en contacto con las tribus que no veo jamás en Tamanraset." (LRB, en camino 12/04/1910).
Un diálogo atento a las palabras del otro: Actualmente no tengo que hacer más que dos cosas: preparar el camino a los futuros misioneros, dándoles los medios de aprender fácilmente la lengua y haciéndoles conocer el país por adelantado, y preparar también las almas de los nativos, no haciéndoles discursos, ni tratando de llevarles a la fe, sino poniéndoles en confianza, acostumbrándoles a venir al marabú (así es como me llaman) como al amigo, estableciendo con ellos relaciones de confianza y de amistad.»
Un diálogo que se hace denuncia: "No tenemos derecho de ser centinelas dormidos, perros mudos, pastores indiferentes". (A Dom Martin, BA 7/02/1902)
Un diálogo que integra las propias sombras
Un diálogo sostenido hasta el final: En 1916, la guerra provoca disturbios en el Sáhara, como en el resto del mundo, y Carlos es asesinado en Tamanrasset, el 1 de diciembre. Le entierran con tres musulmanes asesinados el mismo día.
Al finalizar su intervención nos propuso esta hoja de ruta para recorrer el camino del diálogo en este Adviento:
- Permanecer en Jesús, ancla permanente
- Aprender a habitar esos "últimos lugares" que no hemos elegido
- Cultivar el aprecio de la diversidad
- Atravesar los desiertos existenciales con una mirada nueva
- Optar por los últimos
- Crecer en amor político: tender puentes de diálogo, abrir puertas de justicia y fraternidad