El espíritu de las Bienaventuranzas y la praxis cristiana hoy
Con la conferencia "El espíritu de las Bienaventuranzas y la praxis cristiana hoy", ofrecida por Adolfo Chércoles Medina, sj. el pasado 26 de octubre, iniciamos el Seminario "Bienaventuranzas versión 2.0" que se desarrollará a partir del 22 de noviembre en el Centro Suárez siguiendo el libro "Las bienaventuranzas, corazón del Evangelio" de nuestro conferenciante invitado.
Con esta conferencia, introductoria del Seminario arriba mencionado, Adolfo Chércoles presentó el conjunto de las ocho Bienaventuranzas y ofreció algunas claves importantes para su abordaje.
A manera de preámbulo indicó que la palabra Bienaventuranza proviene del latín ventus que hace referencia a lo que está por venir, al futuro y, recoge una síntesis de la vida oculta de Jesús que transcurrió en un lugar sin ninguna posibilidad y en medio de un pueblo que carecía de un horizonte de sentido feliz. En esta síntesis Jesús no pretende enseñar una vida idealizada, quiere mostrar su apuesta por la plenitud, pero sin sacarnos de la realidad, ese esfuerzo por vivir a fondo la realidad es el que se trasluce en cada una de las Bienaventuranzas.
Algunos apuntes para desentrañar el espíritu de las Bienaventuranzas:
- Dos preguntas que debemos hacernos al entrar en el texto: ¿Qué te parece? En ella hay una invitación a la inteligencia para que desarrolle su capacidad de hacerse cargo de la realidad. ¿Si quieres? Una invitación a que cada uno decida de acuerdo con la disposición que le genera cada Bienaventuranza.
- Las Bienaventuranzas son un conjunto en el que cada una se remite y hace referencia a otra u otras. No se deben reflexionar de manera aislada.
- Las Bienaventuranzas son una llamada para dinamizarnos y trabajar por un futuro mejor, por eso la mayoría están en futuro. No obstante, hay dos en presente, las que hacen referencia al Reino pues éste es la condición de posibilidad para que las que refieren al futuro sean.
- Las Bienaventuranzas, finalmente, tocan un problema o un aspecto real de la vida humana y una trampa que hace imposible que su dinamismo nos transforme.
Terminó diciendo que lleva muchos años compartiendo su experiencia y sus reflexiones sobre las Bienaventuranzas y, para nada, se aburre porque el Evangelio es VIDA.