Entre vallas e invernaderos… Acompañar, servir y defender a la población migrante

18.03.2022

La realidad de la migración en Europa es un desafío para los Estados y para las organizaciones que se dedican a acompañar, servir y defender a la población migrante. Las vallas de la ignominia ubicadas a lo largo de no pocas fronteras en a lo largo y ancho del mundo, los invernaderos en los que se dejan la piel cientos de personas provenientes del Magreb y de África Subsahariana por unos salarios ínfimos, la proliferación de asentamientos de infravivienda y, como lo ha denunciado tantas veces el Papa Francisco, el Mediterráneo convertido en un cementerio de quienes vienen a Europa buscando hacer realidad el sueño de una vida con dignidad son apenas unas pinceladas del drama humanitario de las cientos de miles de personas que cruzan las fronteras por tierra y mar.

La contemplación de esta desgarradora foto fija y el deseo del Centro Suárez de aportar un grano de arena en la tarea de la sensibilización y de la creación de una cultura de la hospitalidad no se puede quedar en una simple preocupación, es necesario ir dando pasos de manera que la "preocupación" se convierta en "ocupación" e "implicación".

La presencia del jesuita Daniel Izuzquiza Regalado, quien tiene una amplia experiencia en el trabajo con poblaciones migrantes y una sólida formación académica, responde a este deseo de dar pasos, aunque sean pequeños, hacia el trabajo con migrantes desde las características de un centro de la Red Fe-Cultura-Justicia de la Provincia de España de la Compañía de Jesús como lo es el Centro Suárez.

Os dejamos la interesante y vital comunicación de Daniel Izuzquiza.