La aportación de las mujeres en los relatos del Antiguo Testamento
El pasado 24 de noviembre, con la participación de Junkal
Guevara, rjm., profesora de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de
la Universidad Loyola, se inició en el Centro Suárez el ciclo de
conferencias sobre "El rostro femenino de la Iglesia".
Como preámbulo a la propuesta de varios nombres de mujeres, la mayoría de ellas desconocidas, señaló dos claves a manera de patrones de lectura: 1) no encerrar lo femenino en la maternidad: que la M de Madre no eclipse la M de Mujer y 2) sintonizar con las búsquedas de las mujeres que reivindican las diferentes identidades femeninas.
A pesar de que en no pocas ocasiones las mujeres son referidas a un varón, su aportación es rica y significativa en la Escritura.
Tres presencias de las mujeres en el Antiguo Testamento:
- Responsables de la enseñanza de la Torá, es decir, del ADN de la Biblia. Varias mujeres "dieron de leer" a las nuevas generaciones de israelitas. Entre otras, señaló a Huldá (2 Reyes, 22), quien era considerada profetisa y, con frecuencia, era consultada por los expertos de la corte. Una mención especial tuvo para Débora, la abuela de Tobit, que al enseñar a su nieto continuó la cadena de aprendizaje de la Torá.
- Protagonistas de las celebraciones comunitarias. Aunque era un asunto reservado a los varones (Levítico 8), hay varias mujeres que desempeñan un papel directivo en las celebraciones y, de manera particular, como dinamizadoras de la expresión de las emociones. Destacó en este grupo a las "plañideras" que, con su oficio de llorar, ayudaban a elaborar el duelo en el ámbito comunitario y a gestionar los efectos de la derrota o la victoria en un pueblo que vivía con frecuencia los efectos de la guerra.
- Mujeres líderes. En este grupo destacó a Miriam, líder de la comunidad en los tiempos de Moisés y Aarón, aunque no se nombre en el Éxodo. Su valor, al denunciar algunas malas prácticas de Moisés, le valió el castigo y el silenciamiento, no obstante, el pueblo siguió reconociendo su liderazgo. Del Nuevo Testamento, que será el tema de la segunda conferencia de este ciclo, destacó a Lidia, atestiguada en los Hechos de los Apóstoles por su liderazgo singular y valiente.
Una de las últimas frases quedó resonando en el auditorio: la Sagrada Escritura no se escribió para justificar el patriarcado de ahí la importancia de reconocer la aportación de tantas mujeres en nuestra historia milenaria.