Memoria agradecida. Los místicos de todos los tiempos

29.11.2024

Esta tarde en el Centro Suárez, Mariola López Villanueva, religiosa del Sagrado Corazón periodista y teóloga, nos ha presentado la segunda conferencia del ciclo: "Espiritualidad para nuestro tiempo" bajo el título: "Memoria agradecida. Los místicos de todos los tiempos".

Ha iniciado su exposición destacando, por una parte, la palabra GRATITUD, como la mejor medicina para el viaje de la vida y, por otra, la palabra MÍSTICOS, con la que ponía en valor a todos los hombres y mujeres que han buscado a Dios con todo su corazón y, cuyo eje transversal en sus vidas, ha sido y será la convicción de que "Sólo Dios basta".

En el fondo de su intervención destacó las cuatro dimensiones del amor que experimentaron los místicos:

  • Un amor que cura la vida: esta dimensión del amor fue encarnada por Juliana de Norwich y Thomas Merton. Juliana de Norwich (1342-1416) fue una mística cristiana inglesa cuyo pensamiento es conocido por su obra Revelaciones del amor divino. Sus visiones y reflexiones ofrecen una perspectiva profundamente esperanzadora y amorosa de Dios. Para la mística inglesa Dios actúa siempre con compasión y bondad y con corazón maternal que los mueve a relacionarse con sus criaturas como una madre cuida a su hijo. "Todo será restaurado en el amor divino". "Todo estará bien, y tu misma lo verás, todas las cosas acabarán bien". Thomas Merton (1915-1968) fue un monje trapense, escritor, y místico contemporáneo que vivió una experiencia de soledad y comunión al igual que Juliana. Su mística nos invita a dejarnos moldear por el amor que busca nuestro despertar para vivir con sentido nuestro verdadero viaje que es interior. "El amor es la Epifanía de Dios en nuestra pobreza"
  • Un amor que nos vincula: esta dimensión del amor fue vivida por Madeleine Delbrêl (1904-1964), mística cristiana francesa, poeta, escritora y trabajadora social que vivió una intensa espiritualidad en medio de la vida cotidiana. Conocida como "la mística de las periferias", su enfoque combina una profunda vida interior con un compromiso activo en el mundo, especialmente entre los no creyentes y los marginados, habilitando el amor en las calles. "Cuando las personas más aman en la vida diaria, todos los espacios se hacen ecos de la presencia de Dios".En Charles de Foucauld, "el hermano universal", ella encuentra una vida de orante en lo cotidiano. Charles de Foucauld (1858-1916) fue un explorador, militar, sacerdote y místico francés cuya espiritualidad se centra en la simplicidad radical, la fraternidad y el amor a los más pobres. "Búsqueda de Jesús en los rostros de los pequeños". "Ser misericordioso es inclinar el corazón a los desechados" Ambos místicos nos recuerdan la importancia de rehabilitar el lenguaje de la bondad y habilitar los rostros de la fragilidad.
  • Un amor que no deja a nadie fuera: esta dimensión del amor fue encarnada por Magdeleine de Jesús (1898-1989), fundadora de las Hermanitas de Jesús (inspirada en la espiritualidad de Charles de Foucauld). Su mística combina una profunda contemplación con una vida sencilla entre los pobres, promoviendo la fraternidad universal en contextos de diversidad cultural y religiosa. "Que nadie esté solo y sin cariño en la vida", encarnaba amor de amistad en toda circunstancia o realidad. Christian de Chergé (1937-1996), monje trapense francés que fue asesinado en 1996 durante la guerra civil argelina, escribe su célebre testamento orando por aquel que le arrebatará la vida. "De esta vida perdida totalmente mía y de ellos, doy gracias a Dios".
  • Un amor que hace hogar de la herida: Corazón con entrada al herido y al que piensa diferente. Finalmente, ha resaltado Mariola a los místicos medievales que hicieron la experiencia de la Gracia del beso en la cercanía y la ternura, viendo en las heridas del corazón y de la piel, la herida del costado de Cristo. Cinco siglos después, Tito Brandsma (1881-1942), carmelita holandés, periodista y mártir por su resistencia al nazismo escribió preciosos poemas en el campo de concentración, con versos orantes como: "Quédate conmigo, tan solo quédate" o "Tú presencia hace que todo sea bueno".

Como no podría ser de otra manera, su comunicación terminó con un rato de oración para traer a la memoria la vida de los místicos "que emergen hoy como ondas expansivas de Jesús".

Crónica elaborada por Sara de la Rosa

Área de Familia del Centro Suárez